Alan Sidney Patrick Rickman nacido en Hammersmith, en Londres el 21 de febrero de 1946 y fallecido el 14 de enero de 2016 en Londres.
Pero hoy no voy a hablar sobre su vida, no voy a hablar sobre todos los trabajos que realizó (que son impresionantes), no. Hoy vengo a hablar sobre lo que representó Alan en mi vida, lo que fue para mí en mi infancia y en mi adolescencia, pero sobre todo para lo que será en mi futuro.
Recuerdo la "primera" vez que vi Harry Potter y la piedra filosofal fue en 2004, cuando yo aún tenía unos tres años y medio. Aunque en realidad esa no fue la primera vez, sino la que yo recuerdo. La verdadera fue en 2001, el año en el que yo nací.
Desde que tengo memoria Severus Snape (caracterizado por Alan) fue uno de mis personajes favoritos por todo lo que representaba, pero no sólo él, sino el actor.
Creo que una de las mejores cosas que pudieron pasar a la saga de HP fue que J. K. Rowling eligiera precisamente a Alan por sus excelentes obras.
Él consiguió que millones de personas se interesasen por la vida del maestro de pociones, que te cabreases con el personaje y, sobre todo, que le amases.
No podría llegar a imaginar a otra persona que hubiese interpretado su papel, y todos y cada uno de los seguidores estamos muy, pero que muy orgullosos de él.
Para mí, Alan es el verdadero significado del amor, de la paciencia, de la amistad, pero sobretodo de la LEALTAD. Él hizo que todos nosotros, los que formamos la "comunidad mágica" nos sintamos en agradecimiento con la autora de la saga, ya no sólo por darnos a un héroe literario y otro real, sino por hacer que cada vez que veamos las películas, o leamos los libros, estemos en sincronía con nuestro cascarrabias.
Porque si no fuera él, ¿quién sino iba a proteger a nuestro querido Harry Potter de las malvadas garras del Señor Tenebroso?
Siempre estarás en nuestro corazón querido Alan, y allá donde estés, espero que la magia siga en ti.